Bajo la denominación de frutos secos se engloban diversas especies vegetales: nueces de árboles (nuez, nuez de Brasil, nuez americana…) o arbustos (castaña, avellana), semillas oleaginosas (pipa de girasol, sésamo) y legumbres (cacahuete); que tienen en común un alto contenido en grasas y proteínas y muy poca cantidad de agua.
La alergia a frutos secos se considera una afección importante, generalmente perdura toda la vida y las reacciones pueden ser particularmente graves y a veces con un alto riesgo vital.
Los frutos secos pueden provocar síntomas, aunque el contacto haya sido mínimo, con la piel intacta o por inhalación.
La mayoría de los aceites vegetales no refinados contienen restos de proteínas del fruto o semilla utilizados, por lo tanto deben evitarse los aceites de primera presión en frío u otras denominaciones que indican que no han estado refinados.
El coco, habitualmente no está restringido en la dieta de la alergia a los frutos secos, pero algunas personas han reaccionado.Consulta con tu especialista antes de comer coco y sus derivados.
Los frutos secos no han de confundirse con las frutas dulces desecadas por diversos procedimientos como pasas, higos y ciruelas secas, orejones, etc. ya que su parte comestible es la pulpa, no la semilla.
La mayor parte de los frutos secos proceden de árboles que no pertenecen a la familia de las leguminosas, pero los cacahuetes o manís son una excepción ya que crecen bajo tierra, a partir de una planta que es una leguminosa. Por su riqueza en aceite, a la semilla del cacahuete no se la incluye entre las legumbres sino entre los frutos secos.