El pescado y el marisco son potentes alérgenos que pueden provocar reacciones tanto por ingestión, como por contacto o por inhalación.
En España la alergia al pescado constituye el 18% de todos los casos de alergia alimentaria en niños, las reacciones provocadas para crustáceos y moluscos son del 3,8 % y 1,6% respectivamente.
El inicio de la alergia al pescado suele coincidir con su introducción en la dieta, iniciándose en el 75% de casos antes del año de edad.
Aunque algunas personas alérgicas al pescado reaccionan también al marisco, no se ha podido demostrar reactividad cruzada entre pescado y marisco.
Adolescentes y adultos pueden sensibilizarse por inhalación y contacto, constituyendo una enfermedad profesional en los trabajadores de la industria pequeña y conservera.
En un decenio la prevalencia de la alergia al marisco ha pasado de un 8% al 22% (y de ésta un 85,2% es a crustáceos).
La prevalencia de la alergia al marisco es mayor entre la población adulta que en la infantil. Cuando aparece suele ser persistente.